- Área: 421 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Julio Carreño Guillén
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Proveedores: Alumafel, Ariston, Cosmic, DANOSA, Placo
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En un entorno pseudo-rural con escasas referencias arquitectónicas y una climatología algo beligerante, dos hermanas, con sus respectivas parejas, muestran su entusiasmo por perpetuar su convivencia más allá de los límites de lo doméstico, adquiriendo para ello una vivienda, que deberá completar su programa con una ampliación en el poco terreno disponible que permitía la edificabilidad de la parcela.
Para ello se les propone la construcción de un volumen anexo que implementara el programa original, de tal manera que pudiera adecuarse a las necesidades de ambas familias de manera independiente sin perder los vínculos afectivos que propiciaron el encargo.
La pieza anexa finalmente ejecutada alberga un nuevo núcleo de comunicaciones, estancias de servicio y uno de los dormitorios, lo que posibilitó la división no simétrica de la construcción original en dos viviendas autónomas. Una pieza cuya morfología no solo proporciona un tránsito entre el interior y el exterior, sino que permitió dotar al elemento de espacios extras con los que ni siquiera se contaban: una ducha exterior, un cenador al aire libre, todo ello fruto de la generosidad formal.
Los altos índices de humedad y las continuas precipitaciones dominantes en la zona, condicionaron la elección del hormigón visto como elemento conformador de la envolvente. Con el fin de paliar la contundencia del material y de acomodarse a la escala doméstica tanto del entorno como del propio elemento, se trató al hormigón con encofrado de madera combinado con panel fenólico, en un intento por fragmentar la contundente corporeidad de la nueva construcción, introduciendo una serie de rehundidos en el cerramiento a modo de píxeles, que licuaran la verdadera magnitud de la construcción, como si de los cortes bajo la piel provocados por un tatuaje se tratara.